sábado, 22 de agosto de 2009









LEER, de espaldas a un cielo limpio con la arena abajo y el mar al frente. Inhalar cualquier olor playero o cualquier novedad del amanecer. Inhalar fuerte la pureza de este mundo viejo bajo el rosa del nuevo día. Para cerrar los ojos tras la potencia de mil palabras.

Todo el mundo se detiene cuando estallan mil ecos y se es uno entre el libro y las manos.

ESCRIBIR, de espaldas a un cielo nublado más bien agresivo; triste y sólo ante un sol que desciende. Para exhalar lo que sobra, lo que uno no quiere. El pensamiento mal obrado y el fracaso con el mundo.




©: Felipe Herrero, 2009.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Feli! Una sorpresa enorme leerte sin querer por estos mundos virtuales, cuántas letras! Parece que encontraste el medio de tu creación... yo sigo buscando.
Un abrazo, Ama